jueves, 18 de noviembre de 2010

mensaje de juventud

este mensaje nos lo escribio el profesor roberto gordillo a nosotros sus alumnos.


MENSAJE DE JUVENTUD

La juventud no es una época de la vida; es un estado del ánimo. No es una cuestión de mejillas rosadas, labios encarnados y articulaciones flexibles; es un temperamento de la voluntad, una cualidad de la imaginación, un vigor de las emociones. Es la frescura de la primavera profunda de la vida.

Juventud significa el predominio del valor sobre la timidez en el carácter, del apetito de la aventura sobre el amor al ocio. Esto a menudo existe más en un hombre o en una mujer de cincuenta años que en una joven o un joven de veinte años.

Nadie envejece por haber vívido un número determinado de años. Solamente se envejece cuando se abandonan los ideales.

Los años arrugan la piel, pero solo el abandono del entusiasmo arruga el alma.

El pesar, la duda, la propia desconfianza, el miedo a la desesperación, son los años que encorvan el corazón y conducen el espíritu floreciente a las sombras.

Ya se tenga veinte años o setenta, siempre existe en cada corazón humano el impulso a la maravilla, el suave asombro ante las estrellas, el desafío a los acontecimientos, el apetito infantil y jamás desmentido por lo venidero y la alegría de vivir.

Uno es tan joven como su fe, tan viejo como su duda; tan joven como la confianza en si mismo, tan viejo como su temor; tan joven como su esperanza, tan viejo como su desesperación.

En el sitio central del corazón hay un árbol siempre floreciente: se llama amor. Mientras este árbol tenga flores, el corazón es joven. Si muere se tornará viejo.

En el sitio central del corazón hay una estación radiográfica. Mientras en ella se reciban mensajes de belleza, esperanza, alegría, grandeza, valor y poder desde la tierra, desde el hombre y desde el infinito, cualquiera es joven. Pero cuando esta estación deja de funcionar y el sitio central del corazón se cubre con las nieves del egoísmo y el hielo del pesimismo, entonces uno es viejo, aunque tenga veinte años. En este caso Dios tenga piedad de esa alma.

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